Estado de coma tras intervenciones quirúrgicas

El objetivo de una intervención quirúrgica entre otras razones es la de poner fin a una patología del paciente (como lo es un problema de corazón), tratar una dolencia o lesión o bien para mejorar una situación la cual se pudiese agravar en un futuro.

Toda intervención quirúrgica entraña una serie de riesgos; algunos de ellos se conocen por adelantado por lo que es posible controlarlos o prevenirlos mediante una serie de actuaciones médicas establecidas.

En las intervenciones quirúrgicas se hace uso de la anestesia local o de la anestesia general. Un uso de la anestesia de manera inadecuada o una mala dosificación de los fármacos puede derivar en un estado de coma del paciente. En estos supuestos en el estado de coma es debido a una pésima o negligente actuación del personal sanitario, es decir por actuaciones que por acción u omisión, se apartan de los estándares médicos establecidos, se considera como negligencia médica.

No obstante también se puede caer en estado coma tras una operación que no tiene que ver nada con una mala praxis médica como puede ser un infarto durante la operación, una hemorragia tras la intervención, etc.

Las secuelas tras una intervención pueden ser de muy diversa índole gravedad, siendo el estado de coma uno de los más graves.

Aquellas personas o familiares que sospechen que han sido víctimas de una negligencia médica o mala praxis, debido a que el personal sanitario no ha actuado debidamente, no teniendo en cuenta dichos estándares, está en su derecho a reclamar una indemnización. Dicha indemnización no solo atañe a las secuelas o lesiones físicas, sino también otro tipo de cuestiones, como el daño moral y la incapacidad para trabajar o para llevar a cabo las actividades habituales del día a día.

Cuando se produce este tipo de situación se aconseja dejar constancia de lo ocurrido en el propio centro sanitario donde ha tenido lugar la mala praxis. Esta manera de proceder es muy importante, puesto que no solo se pone de sobre aviso lo que ha sucedido, sino que permite al centro hospitalario y personal médico, tomar una serie de medidas urgentes para de esta forma evitar que un nuevo paciente pueda volver a sufrir este tipo de secuelas en un futuro.

Es esencial conservar toda la información y documentos que el centro haya podido entregarnos con respecto al procedimiento médico que haya transcurrido. Mucha de esta información ya constará en el centro hospitalario, como es el historial clínico; pero igualmente se aconseja guardar cualquier copia que nos entreguen. Los documentos más comunes suelen ser los resultados de análisis, radiografías o tomografías, ecografías, etc.

Al mismo tiempo que se recopilan todas las pruebas posibles, será preciso buscar la defensa de un abogado experto en negligencia médica o Derecho Sanitario, como es el caso de nuestro despacho de abogados en Barcelona, especializado en Derecho sanitario, con varios años de formación y gran experiencia en este sector. También presta servicio en los siguientes municipios de la Costa Brava como: Sabadell, Mataró, Santa Coloma de Gramenet, Viladecans, Castelldefels, Rubí, etc., habiendo resuelto una gran cantidad de reclamaciones por negligencia médica, con resultados muy satisfactorios para el paciente.

Contacte lo antes posible con nuestro despacho de abogados si cree haber sido víctima de este tipo de situación, para poder analizar su situación de manera más personalizada. Tan solo tiene que llamar por teléfono o dejarnos sus datos a través de nuestra web, y nosotros mismos le daremos respuesta lo antes posible.

Recuerde que el plazo para reclamar una negligencia varía según el tipo de centro ante cual nos encontremos siendo de 5 años para un centro privado y de 1 año para un centro público perteneciente a la Seguridad Social. Para no perder el derecho a una posible indemnización, contacte con nuestro despacho de abogados en Barcelona, tan pronto como sea posible.